Habitantes de Ameca veneran en el Templo de Santiago Apóstol al señor grande, una escultura de un cristo crucificado hecha de pasta de caña de maíz que mide casi 2 metros de altura, las leyendas cuentan que la imagen fue dejada en partes hasta que fue colocada como hoy la conocen.
Diacono Jesús Ortega.